El pecado es cualquier falta de
conformidad al carácter de Dios, ya sea en obra, disposición o estado[1].
El pecado siempre es contra Dios aun cuando pueda ser dirigido contra seres
humanos. Luc
15:18 Me levantaré e iré a mi padre, y
le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Dice Watchman Nee:
“En el
mismo momento en
que un pecador
recibe al Señor
Jesús como su
Salvador y
es regenerado, puede
tener la experiencia
de ser librado
del poder del
pecado”[2].
Siendo salvos por medio de
Jesucristo nos surgen varias preguntas. En este estudio, una de las que vamos a
considerar es:
¿Qué recibimos mediante la
muerte y resurrección de nuestro Señor Jesús?
Cada uno dé su respuesta, por
favor:
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Ahora leamos el siguiente
versículo:
Rom 6: “Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con Él para que el cuerpo de pecado sea destruido, a fin
de que no sirvamos más al pecado”.
En este versículo intervienen tres actores:
1.
el pecado (singular en el griego).
El principal término neotestamentario es hamartia.
Se emplea en griego clásico en el sentido de errar el blanco o tomar un
camino equivocado. Es el término neotestamentario general para el pecado
como acción concreta, como violación de la ley divina[3].-
Dice W. Nee en otro de sus textos: El
hombre no es pecador porque peca; sino que peca porque es pecador.
2.
el viejo hombre (el viejo
hombre está compuesto de
todo lo que
recibimos en Adán, es decir que hereda el pecado).
Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron.
3.
y el cuerpo (terreno en el
que se vehiculiza el pecado)
Consecuencia:
- Es por causa del viejo hombre que pecamos.
- El hombre, desde Adán, está sujeto al poder
del pecado.
·
La
naturaleza del hombre es pecaminosa desde Adán y para siempre.
·
El viejo
hombre es, además, la
parte mental que recibimos de Adán (W. Nee) mientras que
el cuerpo de pecado es la parte
física.
[A] ¿Qué
debe hacer un creyente que quiera ser librado del pecado?
La respuesta se puede deducir
de Romanos. Volvamos a leerlo detenidamente teniendo muy presente lo que
acabamos de analizar.
¿Qué debemos hacer?...
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[B]¿Cuál
fue el propósito de Dios con esto?... El propósito de Dios no es desarraigar el
pecado que llevamos dentro, ni tampoco
reprimir al cuerpo del pecado por fuera.
Dios
le puso fin
al viejo hombre
[C]¿Pero
cómo…?
ü A
través del sacrificio de Su Hijo en la cruz.
Rom 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Cuando Jesús
fue a la
cruz, no sólo
llevó con Él todos los pecados del mundo (y de todos los tiempos), sino
que también nos llevó
a nosotros.
Consecuencia:
Por
lo tanto… si Jesús nos llevó con Él a la cruz y si con Él estamos crucificados:
·
Nuestro viejo
hombre ya fue
crucificado. ¡Está hecho!
·
Este es
un hecho cumplido y tan cierto
como que Cristo fue crucificado.
Jua 19:30 Cuando
Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado
la cabeza, entregó el espíritu.
DRAE: ~ consumado. 1. m. Acción que se ha
llevado a cabo, adelantándose a cualquier evento que pudiera dificultarla o
impedirla.
[D]¿Para
qué nos puso Dios en la cruz con Su Hijo? La respuesta, nuevamente, se encuentra
en el vv. 6. Nunca es reiterativa la lectura de la Biblia (la reiterativa soy
yo). Leámoslo nuevamente, por favor.
Es decir que:
Al
destruir/anular nuestro cuerpo (de pecado) siendo éste crucificado, Dios quiso
que ya no fuéramos esclavos del pecado…
Dicho de otra manera, podríamos decir que:
Dios
quiso que el pecado ya no tenga poder sobre nosotros.
[E]
Pero… ¿Comprendemos de verdad lo que significa este misterio?
1. Con nuestro viejo hombre crucificado y
2. aceptando al Señor como nuestro
Salvador y muertos al pecado, entonces, somos regenerados en una nueva
vida…una vida espiritual…
Tit
3:5 nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación
en el Espíritu Santo,
3. Recibimos
la vida de Cristo…
4. Y
con ella recibimos el Espíritu Santo en nosotros, que es el que actúa para convencernos de pecado.
Dice Lewis Chafer[4]:
[…] El pecado inicial de Adán le llevó a la
caída, y en la caída él se volvió un ser
completamente diferente, y sólo capaz de engendrar seres caídos como él mismo.
Por lo tanto, cada hijo de Adán es nacido con la naturaleza adámica, siempre
está predispuesto a pecar, y aunque su
naturaleza fue juzgada por Cristo en la cruz una fuerza vital y activa
permanece en cada vida del cristiano. Nunca se dice que será quitada o
erradicada en esta vida, pero para el cristiano hay poder vencedor
provisto a través del Espíritu que mora en él
“Ninguna verdad que
entendamos sólo intelectualmente nos
capacitará para resistir las
tentaciones. La revelación del Espíritu Santo es absolutamente
indispensable. El Espíritu de Dios debe darnos una revelación para que podamos
saber que estamos en Cristo y unidos a Él.
Esta revelación hará
que veamos claramente que nuestro
viejo hombre fue
crucificado con Él, puesto que estamos en Él. Esto no es una
comprensión mental, sino una revelación del
Espíritu Santo. Una
vez que una
persona recibe la
revelación de parte
de Dios, esta verdad espontáneamente llega
a ser poderosa
en él y
le da la
capacidad de creer.
Recapitulemos. Quizás ahora
podamos responder más sólidamente:
1. ¿Qué debe hacer un creyente para
ser librado del pecado? Contestemos justificando nuestra respuesta. (Nota: La
respuesta no es directa, se deduce de lo visto hasta aquí)
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2. ¿Cuál es la clave para que el
pecado no tenga poder sobre nosotros?
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Reflexión: Casi sin excepción, cuando aceptamos a Cristo,
aceptamos que Él murió en la cruz. Sin embargo, no es tan contundente aceptar que nuestro viejo hombre también haya
sido crucificado por él.
No
llegamos a hacer de esta verdad una realidad
espiritual…
La forma de lograrlo, acaso por demasiado evidente,
la pasamos por alto. La respuesta, como
siempre, está en la Palabra de Dios.
Rom
6:11 Así también vosotros consideraos
muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
RV 1909: Así también vosotros, pensad que de cierto
estáis muertos al pecado, mas vivos a Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
¿Qué reflexión le merece Rom.
6.11? Hablemos sobre ello y anotemos lo que nos parezca importante.
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DRAE:
considerar: (Del lat. considerāre).
Entonces...
Sabemos que nuestro viejo hombre ha sido crucificado…
¡Pero… cuidado! Porque hay dos peligros inmediatos que
enfrentar:
1. Aunque hemos sido regenerados,
el pecado sigue vivo. (¿Recuerda por
qué?)
2. Aunque el Espíritu Santo esté
en nosotros; nuestra condición de
pecadores sigue existiendo.
¡¿Entonces… qué?! ¿Estamos perdidos?
Rom 6:17 Pero gracias a Dios, que aunque erais
esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a
la cual fuisteis entregados;
Esta, sin dudas, es otra clave
fundamental. ¿Cuál es?
………………………………………………………………………………………………………………………..
Sin embargo, resta aun un asunto más con
el que lidiar: el alma (psique).
A decir de W. Nee[6]:
La vida
del alma comprende, por lo menos, tres
partes principales: la
voluntad, la mente
y la parte
emotiva. […] Antes de la
caída del hombre,
ella (el alma) proveía toda
su energía para
la dirección del espíritu, pero después de la caída, sigue el dominio
del pecado. Desde que el hombre se hizo carne, el pecado que reina en el
cuerpo vino a ser la naturaleza del hombre y esclavizó al alma, que es
su vida. Esto hace que el hombre en todas sus acciones, siga (o se incline)
al pecado. Es por eso que la naturaleza del hombre es el pecado, y el alma
es su vida (natural).
Si termináramos nuestro
estudio aquí, nos iríamos apesadumbrados, pensando que no tenemos salida o que
caemos en un círculo vicioso.
El
pecado trama, y el alma ejecuta. Esta es la
condición de todo creyente[7].
¡Qué terrible sentencia
parecen ser estas palabras de Nee! Que dúo nefasto. Pero, tratándose de Dios
es imposible que haya un círculo vicioso. De hecho se trata, más bien, de un círculo
virtuoso, que analizaremos un poco más adelante en este estudio.
Aunque parezca más que obvio,
Dios ha pensado en todo y sabe que está tratando con nosotros (con todo lo que
esto implica).
Algunas conclusiones hasta
aquí:
Como
Dios ha pensado y se ha ocupado de todo,
la cuestión no es el pecado que
hay en nosotros,
ya que
nuestra naturaleza pecaminosa es inamovible
y no ha
desaparecido en la cruz.
La VERDADERA cuestión es el poder que logremos tener
(o no) sobre el pecado…
Aunque nunca podamos deshacernos por completo o anular
nuestra naturaleza pecadora…
Sí, podemos lidiar con el poder que
el pecado tiene sobre nosotros.
Rom
6:22 Mas ahora que habéis sido
libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la
santificación, y como fin, la vida eterna.
Analicémoslo juntos:
ü Dios sabe que pecaremos,
porque nuestra naturaleza tiende a ello inexorablemente.
ü Pero Dios nos ha dado una
nueva vida, la vida de Su Hijo en nosotros.
Es
Esa vida (la de Jesús) la que debemos
(aspirar a) vivir…
no la de nuestra mente/alma/psique/personalidad/carácter o como queramos
llamarlo. Estas últimas son todas denominaciones del viejo hombre, no del
hombre regenerado.
Dios
pone la vida de Su Hijo en nosotros para despertar el espíritu y
disminuir con ello la naturaleza carnal de nuestra vida.
Más conclusiones:
Solo
disminuyendo el ego el Espíritu
Santo podrá ocupar el lugar central en nuestras vidas, para convencernos de
pecado y para ser el timonel de
ellas.
Solo
tendremos poder sobre el pecado que mora en nosotros, una vez que
hayamos entendido (visto, revelado, experimentado) por fe, y no por
intelecto, que el poder lo tiene el Señor y que Él es el que
nos dota para la tarea. (Círculo
virtuoso).
Rom 3:27
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la
de las obras? No, sino por la ley de la fe.
Dice Nee[8]:
En esta condición, aunque el creyente
haya vencido al pecado al practicar obras de justicia, todavía es inmaduro.
No obstante, pocos
están dispuestos a
depender de Dios
y a reconocer
su debilidad, inmadurez e
incapacidad. El hombre
en su naturaleza
humana piensa que
tiene fuerza. Quien no ha sido
humillado por la
gracia de Dios,
nunca reconocerá que
no sirve para nada.
Nosotros
no podemos… Solo entregándonos al Señor
y reconociendo que es Él el Señor de nuestras vidas, podremos dar la batalla.
Solo
accederemos a esta experiencia espiritual por fe, CREYENDO que ya hemos muerto
al pecado y no pensando que lo
venceremos. El
pensar que lo venceremos no es de un creyente espiritual, sino de un creyente
que es aun muy carnal y que alimenta su ego pensando que él puede lograrlo.
Solo
considerando a Jesús como Señor de nuestra vida es que podemos a Pablo cuando
dice:
Gál
5:16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Gál
5:17 Porque el deseo de la carne es
contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne; y éstos se oponen entre sí,
para que no hagáis lo que quisiereis.
Gál
5:18 Pero si sois guiados por el
Espíritu, no estáis bajo la ley.
Gál
5:19 Y manifiestas son las obras de la carne,
que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia,
Gál
5:20 idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías,
Gál 5:21
envidias, homicidios, borracheras,
orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas
no heredarán el reino de Dios.
Gál
5:22 Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad,
fe,
Gál
5:23 mansedumbre, templanza;
contra tales cosas no hay ley.
Gál
5:24 Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Gál
5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Gál
5:26 No nos hagamos vanagloriosos,
irritándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros.-
[1] Grandes temas bíblicos -
Lewis S. Chafer (Pág. 123)
[2] El hombre espiritual -
Watchman Nee (Pág.101)
[3] Fuente: Certeza / e-Sword.-
[4] Grandes temas bíblicos -
Lewis S. Chafer (Pág. 123)
[5] El hombre espiritual -
Watchman Nee (Pág.103)
[6] El hombre espiritual -
Watchman Nee (Pág.106 y 108)
[7] El hombre espiritual -
Watchman Nee (Pág. 108)
[8] El hombre espiritual -
Watchman Nee (Pág. 109)
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